La Vanguardia. Febrero 2023

Una especie de garrapata muy poco conocida hasta ahora en Catalunya, de nombre científico Hyalomma lusitanicum, está proliferando con rapidez en áreas como la región metropolitana de Barcelona gracias a la presencia y falta de control de animales silvestres como el jabalí y el conejo -que actúan como hospedadores de la garrapata-, según advierte un estudio científico llevado a cabo por Carlos Pradera (Anticimex 3D Sanidad Ambiental SA) y Agustín Estrada-Peña (Departamento de Salud Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza).


"La capacidad vectorial de esta especie [potencial transmisora de enfermedades como la fiebre hemorrágica Crimea-Congo] y el hecho de que [esta garrapata] es activa en la búsqueda de hospedador la convierten en un potencial problema para la salud de las personas", advierten los autores en el artículo de presentación de resultados publicado en el Butlletí de la Institució Catalana d'Història Natural (octubre, 2022).

Buscador activa de presas

La indicación de que esta especie de garrapata es "activa en la búsqueda de hospedador" no es en absoluto gratuita. Carlos Pradera ha explicado a La Vanguardia que las garrapatas más conocidas presentan una actitud pasiva, "se sitúan en arbustos o ramas y esperan el paso de algún animal o de alguna persona para adherirse". Por contra, las H. lusitanicum buscan activamente a sus presas, corriendo hacia ellas una vez que detectan su presencia, como se observa en varios de los vídeos captados por Pradera el pasado verano en diversos puntos del Barcelonès, Maresme y Vallès.

"Estas garrapatas te encuentran rápidamente. Pueden estar enterradas o quietas cerca de una camino por el que pasas o en un terreno en el que te paras a descansar, pero cuando detectan el CO2 de tu aliento se activan y corren hacia ti", detalla este experto.

En varias de las imágenes tomadas por Pradera en 2022 se observa que estas garrapatas mueven las patas delanteras en las que tienen los receptores, "como si fueran antenas", giran buscando su objetivo y corren en la dirección adecuada a su objetivo.

Pican y transmiten enfermedades

Y el objetivo, en este caso, no es otro que picar y alimentarse de la sangre humana. Para la víctima, además del dolor y las molestias, la picadura de una de estas garrapatas supone un riesgo de enfermedades como la fiebre hemorrágica Crimea-Congo. De hecho, en 2016 se conoció el primer caso de una persona fallecida en España por la picadura de una garrapata del del género Hyalomma y estudios anteriores confirmaron la presencia de H. lusitanicum en animales silvestres como los ciervos. Otros patógenos, como protozoos y bacterias, han sido detectados en garrapatas de este género; aunque no se haya demostrado que sean transmisoras de la enfermedad de Lyme (atribuida a otras especies de garrapatas).

Los autores explican que hay pocos datos sobre la H. lusitanicum en Catalunya y proponen que se inicie "un programa de monitorización para conocer su distribución y densidad". "Se debería además analizar los patógenos con los que están infectadas y evaluar su importancia para la salud pública", sugieren Pradera y Estrada-Peña.

Información y vigilancia

Los autores demuestran con datos e imágenes que la situación merece atención por parte de los ciudadanos y las administraciones. El trabajo de campo llevado a cabo en primavera-verano de 2022 confirmó la presencia de estas garrapatas en 30 municipios del área de Barcelona y uno en Tarragona (Bellveí), "recolectando un total de 1.631 individuos adultos". "Se detectaron en 30 municipios pero estamos convencidos de que las podríamos encontrar en muchos más si extendiéramos el estudio a una zona más amplia", ha explicadp Carlos Pradera.

El estudio tiene su origen en la preocupación de los autores ante la creciente presencia de garrapatas observada en 2022, un fenómeno quizá facilitado por las altas temperaturas. Además, "es probable que la situación de la primavera-verano de 2022 se repita en el futuro. La dispersión y el aumento de la densidad local se ven favorecidos por la abundancia de los principales hospedadores de esta garrapata: el binomio conejo-jabalí", señalan Pradera y Estrada-Peña

Conejos y jabalíes, intermediarios

Las larvas y ninfas de H. lusitanicum generalmente se alimentan, en las zonas estudiadas en Catalunya, sobre los conejos silvestres, mientras que los adultos lo hacen sobre ungulados domésticos y silvestres, como los jabalíes. Ambos hospedadores, cuyas poblaciones van en aumento en toda España, son abundantes en zonas cercanas a núcleos urbanos del área de Barcelona y, según los autores, favorecen la dispersión y el aumento de la densidad local de estas garrapatas.

"Visto lo anterior, las autoridades competentes deberían tomar una serie de medidas preventivas y correctivas. Se debería realizar una campaña de aviso a las personas que utilizan las zonas afectadas. Bastaría con carteles indicativos avisando de la existencia de garrapatas en la zona, junto con consejos de autoprotección. Sin embargo, el mejor método debería basarse en un control sistemático de las poblaciones de sus hospedadores", concluyen los autores del estudio.