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Es una mujer de 84 años del municipio onubense de Arroyomolinos de León, que evoluciona favorablemente. En esta población se realizará un plan de choque específico contra el mosquito que transmite la enfermedad


La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha notificado este viernes al Ministerio de Sanidad el primer caso humano de fiebre del Nilo Occidental de este año en una mujer de 84 años del municipio de Arroyomolinos de León (Huelva), que evoluciona favorablemente aunque se encuentra hospitalizada.

Se trata asimismo del primer caso humano confirmado en la provincia de Huelva, fruto de la vigilancia epidemiológica llevada a cabo por la Consejería de Salud. Las actuaciones de vigilancia y control entomológico (mosquitos) se iniciaron a principios de esta semana en dicha localidad debido a la sospecha clínica tras la encuesta epidemiológica realizada, que incluye la movilidad en los 15 días anteriores.Ya se ha realizado la localización de posibles focos larvarios, aplicado tratamiento larvicida e identificado posibles orígenes y refugio de mosquitos adultos mediante trampas instaladas en el propio municipio.

Basada en esta confirmación y de acuerdo con el Programa Andaluz, este municipio pasa a nivel de riesgo 5, por lo que se realizará un plan de choque específico en el mismo, para lo cual se cuenta con el servicio de control de mosquitos de la Diputación Provincial de Huelva. Ya han sido informadas las autoridades de la provincia, así como del propio municipio.

Precaución al amanecer y atardecer

Las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de que la población mantenga las medidas preventivas para evitar picaduras de mosquitos en las horas de mayor actividad de las especies transmisoras de esta enfermedad (horas de cercanas al amanecer y posteriores al atardecer).

Asimismo, insisten en que dichas medidas se apliquen tanto a nivel individual -uso de repelentes registrados de uso tópico y ropa clara que cubra la mayor parte de la piel-, como doméstico - uso de mosquiteras, evitar aguas estancadas o utilizar repelentes ambientales-, sobre todo para la población vulnerable con inmunidad comprometida, para así reducir de forma relevante las probabilidades de transmisión.