El Periódico de Aragón

Los mosquitos son los otros protagonistas del verano. En las farmacias aumenta la venta de repelentes y pomadas desde marzo


El aumento de garrapatas y mosquitos en las zonas verdes de la ciudad está haciendo que tumbarse en la hierba de los parques a disfrutar del sol en verano se vuelva un imposible para los zaragozanos. Pero las riberas del Ebro o del Huerva no están mejor y allí quien lo impide sea la mosca negra, que no deja a nadie que pase por el río sin morder.

El gran problema de este año es el calor, ya que con las altas temperaturas vividas esta primavera, los ciclos de reproducción de las garrapatas han cambiado, provocando una plaga masiva en la ciudad. Y, para colmo de las empresas de desinsectación, a pesar de los intensos esfuerzos de fumigación, las lluvias de estas últimas semanas han dificultado su trabajo frente a la ixodoidea (garrapata). Y es que con el agua, «la persistencia del producto no dura más de 2 o 3 días, frente a los 7 días que suele permanecer de normal en la hierba», explica Emilio Martínez, veterinario del Instituto Municipal de Salud Pública del Ayuntamiento de Zaragoza.

A pesar de las dificultades, desde empresas como Quimera Biological System aseguran tener a esta especie de ácaros bajo control porque «al tener en cuenta los días de lluvia, buscamos el momento perfecto para echar el producto y que dure lo máximo posible». Sin embargo, para el control de la mosca negra y los mosquitos, estos días de intensas precipitaciones son el mayor enemigo de los fumigadores porque «el agua baja más turbia por el río haciendo que el producto disminuya y, al bajar más caudal, se dificulta el acceso de los trabajadores», aseguran desde Quimera. Lo que supone, a rasgos generales, un mayor esfuerzo humano y económico para estas empresas.

En cuanto al peligro de estos insectos en la salud pública, las garrapatas y los mosquitos son vectores de posibles enfermedades, como el tifus, el dengue o la chikungulla, y pueden poner en riesgo la salud de las personas. Para evitar el riesgo, desde el Instituto municipal de salud pública llevan a cabo el control y la vigilancia de estas especies. Y, aunque por ahora «no hay ningún peligro», Martínez asegura que toda prevención es necesaria ante «un mundo tan globalizado donde las enfermedades tienen mucho más movimiento entre países». Para identificar cualquier posible brote autóctono, este sistema de vigilancia lleva a cabo el análisis de las distintas especies que previamente han sido capturadas.

Sobre el peligro de la mosca negra, más allá de molestia y picor, no parece causar mayor problema a la población. «Al morder, este insecto introduce un anestésico que produce un efecto alérgeno fuerte», señala el veterinario, lo que produce un picor insoportable al que lo padece. Aunque si te pica, no te rasques, porque según Martínez eso hace que el anestésico inyectado se extienda, aumentando esa sensación.

En busca del alivio, en las farmacias zaragozanas los clientes se han multiplicado de manera considerable. Así lo confirma Pilar Labat, quién asegura que «llevamos desde mayo notando el aumento», pues no paran de oír a personas que piden «algo para evitar el picor».

Por lo que parece, este año, tengas la sangre más o menos dulce, nadie se salva de las picaduras. Porque hasta «las personas que son menos propensas a que les piquen, se están quejando muchísimo», señala Labat.