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Hasta el 21 mayo, los sanitarios habían visto 4.398 casos, muchos de ellos por mosca negra. Las Fuentes Norte, Actur Oeste, Fraga y Valdespartera-Montecanal son los ambulatorios con más consultas.


Las temperaturas extraordinariamente altas entre marzo y mayo y la falta de lluvias propiciaron la aparición temprana de insectos, entre ellos la mosca negra. El característico corte que causa en la piel en forma de sierra provoca una reacción local que puede ser intensa y muy dolorosa. En lo que va de año, los centros de salud aragoneses han atendido ya casi el doble de picaduras de insectos que en el mismo periodo del año anterior. Los sanitarios han visto hasta el pasado 21 de mayo un total de 4.398 casos, según los datos facilitados por el Departamento de Sanidad.

Los molestos picotazos se concentran sobre todo en Zaragoza ciudad, donde se han contabilizado 2.305 pacientes que han pasado por Atención Primaria. Le siguen Zaragoza provincia, con 909; Huesca, con 718, y para finalizar Teruel, con 466.

No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las picaduras o mordeduras de insectos requieren asistencia sanitaria, ni tampoco todos los afectados acuden al sistema público. Hay pacientes que saben cómo tratarlas y se aplican frío en los primeros momentos o algún producto calmante, además de no rascarse, y a no ser que acaben infectándose no acuden al médico.

Además, las zonas de salud donde se han producido mayor número de picaduras, de acuerdo con la estadística del Ejecutivo autonómico, son Las Fuentes Norte (180), Actur Oeste (150), Fraga (131), Valdespartera-Montecanal (116), Utebo (112) y Bombarda (101), seguidos por Alcañiz y María de Huerva (con 98 casos cada uno), Torrero La Paz (92) y Barbastro (81).

La semana en la que se superó el umbral establecido para 2023 fue la de 24 al 30 de abril, mucho antes que otros años, y la siguiente se produjo un pico para después descender. La última de la que se tienen datos, entre el 15 y el 21 de mayo, se contabilizaron 345 consultas, distribuidas entre las provincias de Huesca (93), Teruel (47) y Zaragoza (205), de las que 133 fueron en la capital aragonesa. Más mosca negra que mosquito

Un invierno poco frío y la falta de lluvias y de riadas primaverales han favorecido que las larvas de mosca negra se hayan desarrollado "de forma más temprana y no en picos", explicó el catedrático de Parasitología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Javier Lucientes.

A su parecer, las picaduras corresponden en su mayoría a esta especie y no al mosquito común, sobre todo las que se producen en espacios de la capital aragonesa alejados de la ribera del Ebro. "La larva del mosquito necesita agua encharcada para desarrollarse y no está muy presente en zonas urbanas, es predominante en zonas de regadío de Monegros y Cinco Villas. La falta de tormentas importantes no ha dejado lugares encharcados por lo que no se han llegado a crear zonas de cría importantes", señaló.

Sobre la influencia que las últimas precipitaciones puede tener en la mayor o menor presencia de insectos no cree que va a a ser "determinante". "Lo que sí ocurre es que si llueve fuerte y luego baja la temperatura tienen una menor actividad y puede dar una sensación equivocada", comentó. Lucientes apuntó que hay una relación directa entre las altas temperaturas y los estadios larvarios, ya que cuando hace calor el ciclo se acorta, pueden volar antes y criar más generaciones. No obstante, también puede ocurrir lo contrario, las temperaturas extremas de 40 grados o más "acortan su periodo de actividad, envejecen antes y mueren".

Sobre todo prevención

Los profesionales de Atención Primaria recomiendan sobre todo prevención cuando se vaya a andar por lugares donde proliferan estos animales, con las piernas y brazos protegidos y con repelente. "Las situaciones más extremas las sufren personas mayores que tienen otras dolencias. En el caso de los diabéticos, por ejemplo, su piel es muy sensible y si se rascan puede derivar en una infección importante", afirmó Antonio Aísa, médico en el centro de salud Fuentes Norte de Zaragoza, que lidera la lista de las zonas de salud más afectadas.

Los pacientes acuden alarmados cuando la inflamación es escandalosa. A este respecto, Luis Miguel García, vicepresidente de la Asociación Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria, aclaró que no se trata de una alergia a estos insectos sino de "una reacción inflamatoria exagerada". Lo primero que recomienda tras sentir la picadura es "ponerle frío cinco minutos cada hora para reducir la hinchazón". A pie de calle, los farmacéuticos también lo perciben. "Otros años veíamos numerosas picaduras y pequeñas, pero ahora son pocas y muy aparatosas en zonas listales (tobillos, pies...), con grandes inflamaciones. No podemos decir que sea mosca negra", concluyó Pilar Labat, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.